La luna es una pandereta blanca,
En el cielo, generosa, se regala.
Con sus alas extendidas,
La noche baja.
Se puebla el silencio de agua clara
La alegría de la fiesta estalla.
La luna es una pandereta blanca
Que baja a la tierra y baila.
Ligeros cascabeles alborotan,
Palmas, parches,
Tambores de nácar.
Canta la luna blanca,
La noche acompaña con sonajas.
Como en el comienzo,
Allá lejos,
Desde siempre,
El cielo guarda en su espejo.
¡Tanta vida derramada!
Por Lelia Cuatrini